Muchas personas habrán notado que le duelen las articulaciones cuando va a cambiar el tiempo… ¿Tendrán las mismas cualidades predictoras que el Pulpo Paul? ¿Está su cuerpo preparado para participar en el próximo día de la marmota? ¿Por qué ocurre esto?
Las teorías sobre los dolores óseos y en las cicatrices asociadas a la meteorología son muy diversas y la evidencia científica en este campo es más bien escasa, aunque somos de los que pensamos que algo tiene que haber cierto en todo este asunto.
Algunas corrientes asocian los cambios bruscos del tiempo a cambios en el periostio (capa más externa del hueso) y que estos cambios activan los nociceptores, así como cambios en la irrigación de la zona danto lugar a la aparición del dolor.
Como es habitual ver y oír, cuando “el hombre del tiempo” habla de cambios climatológicos son muy frecuentes las palabras “anticiclón” (altas presiones) y “borrascas” (bajas presiones), es decir, los cambios de tiempo llevan siempre asociados cambios en la presión atmosférica. Al igual que cuando ponemos agua en una olla exprés y le aplicamos calor, ese cambio de presión y temperatura ocasiona cambios en el estado del agua (volviéndose gaseosa en esta ocasión), los cambios de presión y temperatura influyen sobre los líquidos de nuestro cuerpo. Nuestras articulaciones utilizan el líquido sinovial como lubricante además de generar un espacio para evitar la fricción entre los huesos. Esos cambios en la viscosidad del líquido sinovial, así como del volumen que ocupa dentro de la articulación pueden ser otra de las causas de dolores relacionados con la meteorología.
También hay quien dice que los tejidos que componen nuestro cuerpo son muy sensibles a la humedad, presión y temperatura (podría servirnos como ejemplo el hecho de que en ambientes húmedos se nos rice más el pelo) y que estos cambios podrían producir efectos sobre la elasticidad de músculos y tendones, cosa que sumado a las variaciones en la viscosidad y volumen de los líquidos que alrededor de los tendones podría ser la última de las causas de estos dolores. También la inflamación muscular podría presionar y comprometer los nervios de nuestro cuerpo.
Los dolores pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo, y no podemos olvidar que el pie lo componen un total de 28 huesos y 33 articulaciones, lo que hace que sea fácil que nos aparezca dolor en el pie cuando va a cambiar el tiempo, pero ¿Cómo puedo mejorarlo?
La primera y casi cómica “posible” solución sería utilizar el mismo recurso que usan muchos animales cuando migran y mudarnos de unos lugares a otros en función a la meteorología prevista, cosa al alcance de muy pocos bolsillos.
Otras de las opciones algo más realistas serían:
- Hacer ejercicios de estiramientos continuos para mantener lo mejor posible las condiciones elásticas de nuestros músculos y tendones.
- Realizar ejercicio físico de manera regular como medio para mantener una buena movilidad articular y activar la producción de un volumen adecuado de líquido sinovial.
- Aplicar calor seco local en los casos en que aparezca dolor.
- Tomar analgésicos y antiinflamatorios si el dolor es muy persistente.
- Infiltrar ácido hialurónico en las articulaciones afectadas para intentar suplir la alteración del líquido sinovial tanto en viscosidad como en volumen.
- Infiltrar plasma rico en plaquetas (PRP) como elemento analgésico y antiinflamatorio autólogo y sin contraindicaciones para el paciente.
Si padeces dolores en las articulaciones del pie cuando va a cambiar el tiempo y quieres que te ayudemos, no dudes en pedir cita con tu podólogo en Málaga llamando al 952 313 752 o bien a través del correo electrónico info@podologiamalaga.es.