Esguince de tobillo, entorsis de tobillo, torcedura de tobillo, desgarro de ligamento y un largo etcétera son los nombres comúnmente utilizados por los deportistas para denominar este tipo de lesión, pero ¿Qué es exactamente?
La articulación del tobillo se encuentra reforzada a nivel de los maléolos por una estructura ligamentosa. En ocasiones, consecuencia de un mal gesto, un tropezón o una caída, estos ligamentos se ven sometidos a tensiones bruscas a las que no están acostumbrados, provocando una elongación de los mismos. Como el gesto lesivo más común es el que se produce con el pie en inversión, es frecuente que se vean afectados los ligamentos peroneo astragalino anterior, peroneo astragalino posterior y peroneo calcáneo, así como los tendones de los músculos peroneo lateral largo y peroneo lateral corto, si bien si se realiza el gesto lesivo con el pie en eversión, puede verse afectado el ligamento deltoideo.
Ligamentos de la cara lateral del tobillo. Fuente: FitSalud Sevilla.
Edema y hematoma en la cara lateral del tobillo provocados por torcedura con el pie en inversión.
La prueba diagnóstica de elección por excelencia ha sido siempre la radiografía simple que, si bien es de utilidad para descartar posibles arrancamientos óseos y fracturas, no nos sirve para conocer el alcance de la lesión a nivel ligamentoso, además de que pequeñas lesiones óseas como pueden ser algunas fisuras y daños en la cortical del hueso pueden pasar desapercibidas hasta pasadas las primeras 48 horas , siendo de muchísima mayor utilidad recurrir a la ecografía musculoesquelética por permitirnos valorar con total precisión el estado de los tendones y ligamentos, así como diagnosticar de manera precoz alteraciones en la cortical del hueso.
Visión ecográfica del ligamento peroneo-calcáneo dañado.
El tratamiento dependerá de la severidad de la lesión pudiendo variar desde un simple vendaje compresivo, protección e inmovilización con vendajes funcionales y hasta reparación quirúrgica en los casos de rotura total del ligamento. Tradicionalmente se optaba por la inmovilización total del tobillo con férula posterior y ausencia de carga durante 3 semanas, situación que generaba muchas complicaciones a la hora de tener de reeducar un tobillo y una musculatura que llevaba cerca de un mes sin trabajar, aunque afortunadamente la mentalidad ha ido cambiando y estos protocolos de tratamiento se han ido desechando poco a poco.
En la evolución de los tratamientos hemos ido cambiando desde los primeros protocolos RICE, para luego cambiar al PRICE y finalmente llegar al POLICE, siendo todos ellos adaptaciones de sus iniciales en inglés, pero ¿En qué consiste cada uno de estos protocolos? Comencemos con el RICE:
“R”, “REST” o “reposo”: Este primer paso, se aconsejaba porque lo primero que se planteaba era inmovilizar la articulación del tobillo, administrar analgésicos y antiinflamatorios, y utilizar muletas durante 3 semanas bajo la creencia que si no era de esta manera no se llegaría a una adecuada cicatrización de los tejidos lesionados.
“I”, “ICE, “hielo” o “frío local”: Por todos es conocida la indicación de aplicar hielo ante una lesión aguda por los beneficios de su efecto analgésico y antiinflamatorio, si bien hay corrientes que al mismo tiempo lo contraindican, porque puede producir una disminución en la vascularización, con el consiguiente retraso en la reordenación y curación de los tejidos.
“C”, “COMPRESSION”, “COMPRESIÓN”: La función principal del vendaje compresivo es evitar el edema para reducir el dolor y la impotencia funcional. En las primeras horas no deben utilizarse vendajes inelásticos, ya que pueden provocar compromiso vascular, y últimamente se ha disparado la aplicación del vendaje neuromuscular o kinesiotaping por sus propiedades elásticas, mejora propioceptiva, así como la existencia de técnicas específicas colocadas para el drenaje de los edemas.
“E”, “ELEVATION”, “ELEVACIÓN”: Colocar el pie lesionado por encima del corazón favorece el drenaje y previene la aparición de edemas. Igualmente realizar ejercicios dorsalflexionando y plantarflexionando (subiendo y bajando el tobillo) el miembro elevado activa la bomba circulatoria por compresión muscular.
Después llegó el PRICE. En esta ocasión el protocolo coincidía con el anterior todos sus puntos, excepto en el primero (P + RICE), que consistía en añadir “PROTECTION” o “PROTECCIÓN”. Para ello se recurría a la utilización de ortesis de tobillo o tobilleras, para controlar los movimientos que se producen en inversión y eversión del pie, si bien se seguían manteniendo algunos de los efectos no tan beneficiosos narrados en el punto anterior.
Actualmente se utiliza el protocolo POLICE, donde se produce otro pequeño avance en la “mentalidad terapéutica”. Estas directrices, en su acrónimo inglés vienen a decirnos:
“P”, “PROTECTION” o “PROTECCIÓN”, uso de ortesis para controlar los movimientos.
“OL”, “OPTIMAL LOAD” o “CARGA ÓPTIMA”. Hay autores que defienden la teoría de que el reposo debe ser muy limitado en el tiempo, y que debemos iniciar la carga de manera controlada inmediatamente después de producirse la lesión y antes de que se produzcan adherencias, pérdida de masa muscular y debilidad ligamentosa entre otros.
Los conceptos restantes (P+OL + ICE) coinciden con lo explicado anteriormente en cuanto a “ICE”, “COMPRESSION” Y “ELEVATION”.
En este caso, nuestro paciente recurrió a Podólogo Málaga.- Clínica Podológica Málaga Centro, tu servicio de podología y fisioterapia de confianza en Málaga, a las 72 horas de lesionarse el tobillo mientras jugaba un partido de fútbol, y su tratamiento lo planteamos combinando la ecografía como herramienta diagnóstica, con el uso de ortesis y vendajes funcionales de manera prematura con un adecuado tratamiento de rehabilitación planteado por nuestra fisioterapeuta en Málaga.
Vendaje funcional para el esguince de tobillo con afectación del ligamento peroneo- calcáneo.
Para ello utilizamos técnicas de terapia manual y osteopática, terapias físicas (como la terapia láser) y terapias biológicas (infiltraciones de PRP o factores de crecimiento), justificando la administración de este último para disminuir el dolor y acelerar la regeneración del tejido sano por necesitar recuperarse en un tiempo mínimo para poder seguir compitiendo, y evitando los efectos secundarios de los medicamentos halópaticos tradicionales, así como no ser considerado una sustancia dopante en su vuelta a la competición.
Imagen de la preparación de factores de crecimiento (PRP) para controlar el dolor y la inflamación, así como regenerar el tejido dañado por el esguince de tobillo.
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