En nuestra labor como podólogos es muy frecuente que atendamos numerosos pacientes que al desarrollar su práctica deportiva le aparecen ampollas en los pies, sobre todo cuando asistimos a los corredores de media y larga distancia, pero

¿Qué son las ampollas?

Las ampollas y flictenas son acúmulos de líquido, generalmente seroso que provocan un despegamiento de la epidermis (capa superfiial de la piel).

¿Cómo se producen?

El mecanismo de producción principal es por roce o fricción continuada de una superficie del cuerpo contra un agente externo, y en nuestro caso será el pie con las zapatillas, calcetines, plantillas…

¿Dónde pueden aparecer?

Realmente no hay un área específica, ya que en cualquier área donde exista fricción es candidata la aparición de una ampolla, si bien los lugares más frecuentes serán cabezas metatarsales, pulpejo dorso y punta de los dedos, uñas, arco longitudinal interno del pie, talón…

¿Cómo actual frente a ellas?

Nuestra actuación variará en base al tamaño y localización de las mismas, así como la actividad que estemos realizando, si bien como muy acertadamente nos dice nuestra compañera Pilar López en el Blog “La pildorita 2.0” no existe evidencia científica respecto al modo de tratarlas.

Como consejo general, proponemos que si nos produce dolor que no nos permita nuestro normal desarrollo, para flictenas de tamaño mayor de 6 mm se recomienda su drenaje y simplemente protegerlas si el tamaño de las mismas es menor del indicado. Aclarado esto, me pregunto… ¿voy a seguir corriendo con la ampolla? Si tengo intención de continuar con mi jornada deportiva, además de drenarla tendremos que descargar la zona para que no nos moleste al correr y si ya he terminado mi actividad por hoy, solamente la drenaremos y la protegeremos para evitar la infección.

¿Cómo drenamos las ampollas que nos salen al correr?

Lo primero que tenemos que tener preparado es el material a utilizar, y para ello será necesario: agua o suero fisiológico, una aguja estéril, un apósito de gasa, esparadrapo, un antiséptico y fieltros de lana para descargar la zona (en el caso de que vayamos a continuar corriendo).

Después procedemos a la limpieza y desinfección de la zona y drenaje de la ampolla, punzando de manera que se vea favorecida la salida del contenido por el efecto de la gravedad. Si esto no lo vemos claro, podemos pincharla pensando en que el propio movimiento del pie será quien termine de evacuar el resto del contenido.

Y si la ampolla te ha salido debajo de una uña, también puedes drenarla para aliviar el dolor. En este video te enseñamos cómo hacerlo.

¿Y podemos coser las ampollas?

Esta popular técnica no llega a ser incorrecta puesto que en principio consiste en dejar un hilo para que actúe de drenaje e impida el cierre en falso de la ampolla.

Pero sin lugar a dudas, el mejor tratamiento que podemos emplear para cualquier tipo de lesión (bien sea dérmica o biomecánica) es la prevención. Así que, ¿Cómo podemos prevenir la aparición de las ampollas?

Si ya conocemos las zonas donde suelen aparecernos las ampollas, debemos protegerlas con un apósito hidrocoloide antes de empezar a correr. Otra buena opción es utilizar un crema antirozamientos o bien recurrir a lociones curtidoras para endurecer la piel de la zona que nos interesa antes de la carrera, aunque también funciona perfectamente espolvorear el interior del calzado con algún talco o antitranspirantes o bien empolvar toda la superficie del pie.

Otra ayuda podemos recibirla si aprendemos a atarnos las zapatillas de manera adecuada, ya que en función a dónde nos salgan las rozaduras, lo haremos de una manera o de otra. Aquí os dejamos una entrada de nuestros amigos del Huffington Post donde nos lo explican muy bien.

Espero que con esto os resulten menos sufridas vuestras salidas de media y larga distancia, pero recuerda que si tienes alguna duda siempre puedes recurrir a tu Podólogo en Málaga para que te ayude a solventarla.

Abrir chat
1
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?